La compositora de What a Girl Wants, Shelly Peiken, compartió una publicación especial en su blog para celebrar el aniversario número 20 de que el éxito fuera el primer número uno del siglo. Esto dicen ella:
SU NOMBRE ERA XTINA
El 1 de Enero del 2020 se cumplieron 20 años del aniversario de que What A Girl Wants se convirtiera en la primer canción n°1 del sigo. Es una gran alegría para una compositora. Pensé que sería un momento oportuno para compartir con ustedes la historia de la canción. ¿Listos? Aquí va...
Hollywood está lleno de cantantes que fingen. Buenas cantantes que nunca serán asombrosas. Grandes cantantes que nunca serán estrellas. Como compositora, me ayuda saber cual es la diferencia.
Como dije antes, las cosas memorables pueden pasar en días comunes. En uno de esos días comunes, Todd Chapman, un compañero compositor, me llamó para decirme que estaba trabajando con una cantante increíble. Su nombre era Christina Agya-algo. El quería venir y presentármela. Eso fue común. Me hicieron esa llamada muchas veces, una vez por semana. 'Esta chica puede cantar'. Sí, sí, sí.
Layla tenía unos meses en ese tiempo. Mis pezones me dolían. No dormía. Nuestra niñera, Reina, estaba la mitad del tiempo con nosotros. No tenía la energía ni la libertad de dejar todo e ir a todos lados. Pero si tenía que pasar tiempo con algún compañero escritor, o enfrentémoslo, si tenía que escuchar algo sobre una asombrosa cantante de otros compositores, encontraría una forma. No estaba tratando de renunciar, solo tenía que ajustarme.
Afortunadamente, fui. Todd vivía en un complejo de apartamentos de dos pisos en North Hollywood. El bloque estaba forrado con ellos. Un letrero de vacante en el frente, una puerta de entrada de hierro forjado con una cerradura que no estaba cerrada, una piscina en un patio de concreto rodeado de sillas de plástico y plantas baratas en macetas. Los pasillos estaban mal iluminados conducían a innumerables puertas de unidades de estudio y de un dormitorio.
Toqué timbre y cuando Todd abrió la puerta, la vi parada en el micrófono, con su cabello sin arreglar, con una Big Mac, papas y una Diet Coke cerca en la mesa. No había nada particularmente llamativo o glamoroso sobre ella. Nos diimos: 'Hola, soy Shelly / Hola, soy Christina, gusto en conocerte', luego me senté en el sofá mientras ella y Todd estaban terminando de grabar la canción en la que había estado trabajando. Ella hablaba suave y no expresaba mucho su opinión, pero cuando abrió la boca para cantar, de una escala del 1 al 10, esta chica era un 20.
Todd estaba relacionado con el ejecutivo de A&R, Ron Fair, quien quería hacer un disco con Christina, una ex mosquetera. Era común para las discográficas preguntarles a productores aspirantes trabajar con artistas para ver cuan compatibles son y ver si tienen potencial verdadero para el estudio. Como pasó, esta ex-mosquetera estaba totalmente compuesta y tenía talento en asteroides.
Durante el mes siguiente, Christina interpretó algunas canciones que Todd y yo escribimos con su hermosa voz. Seguimos comiendo de McDonals.
Mientras tanto, en otro día muy normal, bombeé un poco de leche, esperé a Reina, y luego fui al estudio de grabación The Banana Boat, a una milla de distancia del lugar de Todd, para trabajar con Guy Roche, otro productor prometedor y colaborador. No había ningún artista en particular para lo que estábamos escribiendo. Estábamos escribiendo simplemente por la alegría de SongSex. Nos ocuparíamos del casting más tarde.
Grabé la canción en mi reproductor de cassette de mano y Guy comenzó a diseñar libremente en un teclado, lo que me llevó a excavar un recibo de mi billetera, porque recordé garabatear algunas palabras el día anterior. Se referían a que Adam me dio espacio cuando no estaba seguro de mudarme a Los Ángeles. Como una roca, esperó pacientemente mientras lo juntaba y lo descubría. ¿Suena familiar? Desearía ser el tipo de escritor que pudiera inventar cosas día tras día y convertirlo en éxitos. Para mí, el mejor material siempre está inspirado en la vida real.
Mientras jugábamos con la canción en progreso, me desorienté y canté la primer línea un poco diferente la segunda vez: con un ritmo más tranquilo. Cuando escuchamos la grabación, nos gustó ese error. Veamos si sigue siendo bueno en la mañana. Siempre es una buena prueba. ¿Qué es en lo primero que piensas en la mañana, en café o en un beso?
Me fui a casa, le pagué a Reina, le di un baño a Layla, le puse frambuesas en el vientre, en los pies, me deleité en su risita, le di un poco más de leche y se la entregué a Adam, que le dio una botella, le leí Goodnight Moon, La mecí hasta que cerró los ojos y luego, con mucho cuidado para no despertarla, puse a nuestra bebé dormida en su cuna. Preparé la cena, vi Sex In The City y luego, como un cachorro ansioso, salté a la cama donde Adam estaba leyendo. Le arrojé unos auriculares y le pedí que escuchara. No era un imitador, y no estaba en el Top 40. Por eso importaba. El acepto. Hooky.
Eso fue suficiente para mí. La semana sigueinte, Guy y yo grabamos el demo para la canción 'What a Girl Needs'. En retrospectiva, era un poco tonto. La llevamos al menos a 25 departamentos de A&R. Nadie la quiso. Pero cuando el manager de Guy le mostró el demo a Ron Fair, él vio el potencial y pensó que Christina debía grabarla para su disco debut.
Pero, ¿qué debería decirle a Todd? Él me llamó para trabajar en esto. Me sentí culpable mostrándole esta canción a Ron porque la había escrito con otro hombre. ¡Pero no tan culpable!
Ron lo hizo. Su único pedido fue cambiar el nombre de What a Girl Needs, que surgió primero en ese momento, a What a Girl Wants. Creía que 'needs' sonaba desesperado junto con 'what' y que 'wants' se oía mejor. Tenía un punto. Pero si cambiaba eso, tenía que cambiar todo el ritmo de la canción. Pero esa chica podía cantar así que lo hice.
No estoy segura si la Christina de 18 años sabía lo que vendría adelante, pero no parecía aturdida por salir a la luz pública y por pasar de usar orejas de ratones a tops. Ella salió de la botella, quiero decir decir de la puerta, con su primer single Genie in a Bottle, que fue directo al número 1. Yo envidiaba a mi amiga, Pam Sheyne, una de las escritoras de 'Genie'. Podría haber muerto. Pero me alegra no haberlo hecho porque 'Genie' le dio paso al segundo single 'What a Girl Wants' (no needs) que pasó 24 semanas en el Hot 100.
Años después, vi a una Christina pulida y articulada siendo una jueza radiante en The Voice y no podía creer que fuera la misma joven tímida del departamento de Todd. La que tenía el cabello fino y rubio. La que opinaba poco. La que nunca habría imaginado, cuando abrí la puerta en ese día común, que sería mi conductora que me llevaría a la cima de los charts.
Afortunadamente, fui. Todd vivía en un complejo de apartamentos de dos pisos en North Hollywood. El bloque estaba forrado con ellos. Un letrero de vacante en el frente, una puerta de entrada de hierro forjado con una cerradura que no estaba cerrada, una piscina en un patio de concreto rodeado de sillas de plástico y plantas baratas en macetas. Los pasillos estaban mal iluminados conducían a innumerables puertas de unidades de estudio y de un dormitorio.
Toqué timbre y cuando Todd abrió la puerta, la vi parada en el micrófono, con su cabello sin arreglar, con una Big Mac, papas y una Diet Coke cerca en la mesa. No había nada particularmente llamativo o glamoroso sobre ella. Nos diimos: 'Hola, soy Shelly / Hola, soy Christina, gusto en conocerte', luego me senté en el sofá mientras ella y Todd estaban terminando de grabar la canción en la que había estado trabajando. Ella hablaba suave y no expresaba mucho su opinión, pero cuando abrió la boca para cantar, de una escala del 1 al 10, esta chica era un 20.
Todd estaba relacionado con el ejecutivo de A&R, Ron Fair, quien quería hacer un disco con Christina, una ex mosquetera. Era común para las discográficas preguntarles a productores aspirantes trabajar con artistas para ver cuan compatibles son y ver si tienen potencial verdadero para el estudio. Como pasó, esta ex-mosquetera estaba totalmente compuesta y tenía talento en asteroides.
Durante el mes siguiente, Christina interpretó algunas canciones que Todd y yo escribimos con su hermosa voz. Seguimos comiendo de McDonals.
Mientras tanto, en otro día muy normal, bombeé un poco de leche, esperé a Reina, y luego fui al estudio de grabación The Banana Boat, a una milla de distancia del lugar de Todd, para trabajar con Guy Roche, otro productor prometedor y colaborador. No había ningún artista en particular para lo que estábamos escribiendo. Estábamos escribiendo simplemente por la alegría de SongSex. Nos ocuparíamos del casting más tarde.
Grabé la canción en mi reproductor de cassette de mano y Guy comenzó a diseñar libremente en un teclado, lo que me llevó a excavar un recibo de mi billetera, porque recordé garabatear algunas palabras el día anterior. Se referían a que Adam me dio espacio cuando no estaba seguro de mudarme a Los Ángeles. Como una roca, esperó pacientemente mientras lo juntaba y lo descubría. ¿Suena familiar? Desearía ser el tipo de escritor que pudiera inventar cosas día tras día y convertirlo en éxitos. Para mí, el mejor material siempre está inspirado en la vida real.
Mientras jugábamos con la canción en progreso, me desorienté y canté la primer línea un poco diferente la segunda vez: con un ritmo más tranquilo. Cuando escuchamos la grabación, nos gustó ese error. Veamos si sigue siendo bueno en la mañana. Siempre es una buena prueba. ¿Qué es en lo primero que piensas en la mañana, en café o en un beso?
Me fui a casa, le pagué a Reina, le di un baño a Layla, le puse frambuesas en el vientre, en los pies, me deleité en su risita, le di un poco más de leche y se la entregué a Adam, que le dio una botella, le leí Goodnight Moon, La mecí hasta que cerró los ojos y luego, con mucho cuidado para no despertarla, puse a nuestra bebé dormida en su cuna. Preparé la cena, vi Sex In The City y luego, como un cachorro ansioso, salté a la cama donde Adam estaba leyendo. Le arrojé unos auriculares y le pedí que escuchara. No era un imitador, y no estaba en el Top 40. Por eso importaba. El acepto. Hooky.
Eso fue suficiente para mí. La semana sigueinte, Guy y yo grabamos el demo para la canción 'What a Girl Needs'. En retrospectiva, era un poco tonto. La llevamos al menos a 25 departamentos de A&R. Nadie la quiso. Pero cuando el manager de Guy le mostró el demo a Ron Fair, él vio el potencial y pensó que Christina debía grabarla para su disco debut.
Pero, ¿qué debería decirle a Todd? Él me llamó para trabajar en esto. Me sentí culpable mostrándole esta canción a Ron porque la había escrito con otro hombre. ¡Pero no tan culpable!
Ron lo hizo. Su único pedido fue cambiar el nombre de What a Girl Needs, que surgió primero en ese momento, a What a Girl Wants. Creía que 'needs' sonaba desesperado junto con 'what' y que 'wants' se oía mejor. Tenía un punto. Pero si cambiaba eso, tenía que cambiar todo el ritmo de la canción. Pero esa chica podía cantar así que lo hice.
No estoy segura si la Christina de 18 años sabía lo que vendría adelante, pero no parecía aturdida por salir a la luz pública y por pasar de usar orejas de ratones a tops. Ella salió de la botella, quiero decir decir de la puerta, con su primer single Genie in a Bottle, que fue directo al número 1. Yo envidiaba a mi amiga, Pam Sheyne, una de las escritoras de 'Genie'. Podría haber muerto. Pero me alegra no haberlo hecho porque 'Genie' le dio paso al segundo single 'What a Girl Wants' (no needs) que pasó 24 semanas en el Hot 100.
Años después, vi a una Christina pulida y articulada siendo una jueza radiante en The Voice y no podía creer que fuera la misma joven tímida del departamento de Todd. La que tenía el cabello fino y rubio. La que opinaba poco. La que nunca habría imaginado, cuando abrí la puerta en ese día común, que sería mi conductora que me llevaría a la cima de los charts.
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